DE DORSALES Y MOTIVACIONES

Las redes sociales dominan el mundo deportivo actual. Especialmente en el deporte amateur, donde a todos los que practicamos algún tipo de actividad deportiva, nos gusta «posturear» con nuestras actividades, aunque el kilómetro haya salido a 8:30 y digamos que «es que había mucho desnivel».

Y no sólo con entrenamientos se posturea(mos); la parte importante de todo esto está en la competición, y es que nos encanta subir una foto de nuestro dorsal para que todos puedan ver que somos unos deportistas pro, a pesar de que sea para una carrera de cinco kilómetros a la que vas porque dan de comer y de beber gratis.

El dorsal es la clave. Ya puedas hacer el mismo recorrido cientos de veces durante los entrenamientos del año que lo que realmente importa es hacerlo con dorsal, con un número asignado a tu nombre y con listado oficial donde se recoge tu tiempo.

Y es que vivimos unos tiempos en los que se nos va la vida por un dorsal. Y eso, los organizadores lo saben y se aprovechan, bastante.

Supongo que sabréis que estamos en mitad de una pandemia mundial, y como tal, cualquier evento de cualquier índole no se puede celebrar.

Pero ello no quita que (o al menos, eso es lo que nos dicen), se está empezando a vacunar a la población; por lo que parece que poco a poco estamos intentando volver a una «cierta» normalidad.

Como tal, la mayoría de los eventos deportivos se están aplazando a fechas en las que se espera que la cosa esté mejor y puedan organizarse con un número considerable de inscritos.

Y volviendo al tema de los dorsales y sin entrar en el debate de si los precios son abusivos o no, hay que reconocer que no tiene nada que ver, entrenar para mantener la forma, que entrenar para una carrera o una competición en concreto. Esa manera de organizar los entrenamientos, de privarse de algún que otra donut y alguna que otra cerveza, de tener un objetivo

Y es que aunque pueda costarnos reconocerlo, querido amigo, no hay mayor motivación para salir a entrenar que el propio dorsal.